Forna
Es el pueblo más alto del municipio. La carretera hacia él parte cerca de Losadilla y asciende hasta los 1200 metros. Lo primero que se encuentra es la ermita en una pequeña explanada que ofrece un balcón excelente para admirar el escenario del pueblo, a la sombra de dos viejos árboles, un roble y un nogal.
El pueblo se escalona en dos barrios, levemente separados, a una parte de la ladera del valle con sus mínimos huertos, y en la otra hay praderas delimitadas por hileras de chopos. Los chopos pueblan también el fondo del valle y en otoño semejan un río amarillo. El barrio superior esta deshabitado la mayoría del año. Las nuevas construcciones apenas llegaron a él y aunque muchas de las antiguas están en ruinas, seguramente no hay otro conjunto en toda la Cabrera que sugiera mejor lo que fue su personalidad secular. Allí se encuentran una fragua y un molino recientemente restaurados y muchos rincones y detalles, como hornos, aleros con adornos, corredores cerrados con grandes tablas de roble, el remate del techo de una casa a base de pizarras entrelazadas como abanicos dentados, y en fin, esas piedras sobresaliendo bajo un ventanuco con un canalillo labrado en medio para el desagüe que aquí se llaman "culadeiras": porque la parte que se prolonga hacia el interior esta también labrada en forma de pileta y así servía para hacer la colada y fregar los utensilios de la cocina.
Todas las casas, sean viviendas, pajares o corrales, son de piedra de pizarra, muros y cubiertas, y se van escalonando en la cuesta, de la que parecen haber brotado y no simplemente sobrepuestas. Un poco separado por debajo del barrio inferior esta el lugar donde se asientan la iglesia parroquial y la rectoría en ruinas, rodeada de huertas y praderas. Si descendemos un poco por el camino, podremos verla surgiendo de la gran roca donde afirma sus muros pardos, que tienen incrustadas blancas piedras de cuarzo, como si fueran las marcas de un cantero genial y juguetón. La visión evoca entonces un aire de leyenda que nos llena de admiración y melancolía.